El Ermitaño representa la IDENTIDAD UNA, o el YO SOY. Representa la consciencia del hombre que ha logrado iluminación y está de pie sobre el pico de la montaña como portador de luz para aquellos que bajo él, se hallan en el sendero. Está solo, es un solitario. Este simbolismo indica el hecho de que en realidad el Yo central de cada uno, que nos parece encontrarse separado de todo otro Yo, es esa misma IDENTIDAD UNA. Porque esta Clave simboliza la IDENTIDAD UNA, representa también Voluntad ya que el universo manifestado empieza a existir por un acto de la Voluntad Primaria de la IDENTIDAD UNA.
El manto gris del Ermitaño, por su color, simboliza la neutralización de todos los pares de opuestos en manifestación por la acción del uno sobre el otro, porque los colores opuestos, mezclados por igual, producen el gris. El báculo corresponde a la Voluntad y al Mundo Arquetípico. Está de pié en la oscuridad, porque lo que está más allá de nuestras personificaciones de la Realidad Suprema es oscuro e incomprensible para nuestros intelectos. Porta la luz dorada de seis rayos, simbolizando leyes y principios cósmicos. A medida que nuestra consciencia despierta al entendimiento de estas leyes, la oscuridad retrocede mientras la luz brilla con más intensidad, hasta que, por último, nos encontramos sobre las alturas a las que aspiramos.
Clave |
El Ermitaño |
Número |
9 |
Letra Hebrea |
Yod |
Significación |
Mano abierta |
Color |
Amarillo-verdoso |
Nota |
Fa |
Gematría |
10 |
Astrología |
Virgo |
Alquimia |
Térreo |