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Mensaje del Equinoccio – Marzo 2024

 



Builders of the Adytum
Mensaje del Equinoccio
Fraternidad Universal

Marzo de 2024
 

 

 

El desarrollo espiritual es, en esencia, un proceso de volver a identificarse. A través del trabajo de la auto transmutación, que se nos delinea en las enseñanzas de la Sabiduría Eterna, llegamos a ver que nuestras personalidades (nuestros pensamientos, sentimientos, naturaleza habitual y física) son sólo la proverbial punta del iceberg. Aprendemos que todo el Ser es mucho más que estas formas temporales y limitadas, por asombrosas que sean. Cada vez más, encontramos nuestro hogar en una identidad más profunda con el Único, el Poder de la Vida infinito y eterno, que se expresa como todo: como cada individuo, condición y evento.

Este proceso nos libera, eslabón por eslabón, de las cadenas de conceptos erróneos heredados y estructuras desgastadas. Al liberarnos de percibir solamente las apariencias superficiales, estamos abiertos a la brillante belleza omnipresente que mora en todas partes. Este es un aspecto esencial y profundamente práctico de nuestro trabajo, no sólo para nuestro beneficio, sino para toda la humanidad... para el mundo entero.

Todos somos expresiones de (e instrumentos para) la Primaria Voluntad hacia el Bien. Cada uno de nosotros busca hacer el "bien", tal como lo concebimos... y ahí está el reto.

Cuando nuestro sentido del yo es pequeño, vemos las cosas únicamente desde nuestra perspectiva limitada, no desde la realidad mayor. No logramos vernos a nosotros mismos en los demás. En consecuencia, nuestras estructuras estrechas de pensamiento y comportamiento a menudo conducen a la racionalización de actos horribles de crueldad, ejecutados en nombre del "bien".

Sin embargo, a medida que progresamos en el viaje de transmutación de nosotros mismos nos volvemos cada vez más transparentes a la Verdad y a la Voluntad Única que actúa en y a través de nosotros. Nuestro sentido del yo se profundiza y se expande. Los límites de las identificaciones relativas (nacionales, culturales, etc.) se vuelven menos vinculantes y absolutos. Finalmente, al centrarnos en el Adytum de nuestro ser, todas las distinciones de separación se disuelven en unidad perfecta. Al ser uno con este vasto Ser estamos impregnados de su amor que todo lo abarca y permitimos que ese amor guíe todos nuestros pensamientos, palabras y acciones. Nos convertimos en vasijas claras para su efusión universal e incondicional.

Esto no siempre es tan fácil o abstracto como suena. La vida nos desafiará. Muchas personas con las que nos encontramos permanecen encadenadas por su sentido finito del yo. Algunos incluso sufren el engaño de que sus personalidades son superiores a las de los demás. No son pocos los que trabajan activamente por una mayor división, hostilidad y violencia. Sin embargo, desde el punto de vista del Ermitaño, todos necesitamos mayor Luz, incluyendo a estas almas atribuladas y posiblemente problemáticas, sin importar cuán alto estemos, o no, en la montaña.

Entonces, ¿cómo podemos servir en la extensión de esa Luz y en el establecimiento de la Hermandad Universal de la humanidad, el reino de la armonía en la Tierra? De muchas maneras. Pero debemos comenzar con nuestro trabajo de identificarnos de nuevo y de la auto transmutación, para que la luz de todo el Ser pueda brillar a través de nosotros... para que nuestro bien sea Bueno en verdad. "Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo".

También podemos imaginar (con la libertad y ligereza de un niño) cómo será ese futuro. ¿Cómo se sentirá conocer gente y llenarse espontáneamente de amor por ellos, deleitarse con sus características únicas y diversas? (Ann Davies hizo ambas cosas maravillosamente) ¿Cómo será sentirnos seguros y apoyados dondequiera que vayamos? ¿Qué transformaciones asombrosas se pueden lograr cuando nuestro tiempo, energía y recursos se liberen de la defensa temerosa y de la búsqueda de ventajas sobre los demás?

Tenemos la oportunidad, aquí y ahora, de comenzar a manifestar ese mundo, de hacer todo lo posible para ser el tipo de persona que se sentiría perfectamente en casa en esa Hermandad Universal. Que llegue lo antes posible y pronto.

En L.V.X.,

Builders of the Adytum


 


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